Llegamos a
un nuevo capitulo del viaje, antes de empezar la visita a una nueva bodega
tuvimos una charla bastante amena con Luís Asmet, uno de los enólogos mas
antiguos de Cafayate, nos contó un poco sobre toda la evolución que tuvo el
valle y a partir de esto como crecieron los vinos, probamos los vinos que
realiza en Bodega el Transito y en algún restaurante los de Finca Humanao que
se encuentra cerca de Colomé pero que por cuestiones meteorológicas no pudimos
visitar, también nos hablo sobre su trabajo anterior en el Porvenir de Cafayate, bodega que visitaríamos al día siguiente y que ahora tiene al frente a
Mariano Quiroga Adamo, un enólogo de apenas 31 años que trasmite sus
inquietudes y franqueza a los vinos de la bodega.
Unas semanas antes de llegar a Cafayate
nuestra visita al Porvenir ya estaba arreglada. La bodega se encontraba a una
cuadra de nuestro hotel así que decidimos ir caminando, Mariano quien nos recibiría
se encontraba un poco ocupado, algo esperado para estas fechas de vendimia pero
no paso mucho tiempo desde nuestro arribo al momento en que se presento, ahí empezó
la experiencia “Porvenir”.
Como es habitual, la visita comenzó conociendo
las instalaciones de la bodega, al igual que en Lavaque vimos un vino que
llevaba pocos días fermentando, un torrontes en una etapa deliciosa, al ver
nuestro entusiasmo Mariano nos ofreció un poco de Chardonnay en la misma etapa,
nuestra sorpresa fueron los aromas extremadamente tropicales que presenta la
uva en su etapa inicial, si bien cuando es vino se pueden apreciar melón y ananá, la
banana que resaltaba aquí queda bastante relegada o
imperceptible, no seguiremos hablando de este jugo porque seguramente están
esperando por los vinos ya terminados, así que luego de una clase rápida de enología
fuimos a degustar las creaciones en su etapa final.
Como estamos en el norte el no empezar con un torrontés seria casi de mala educación, así que para no faltar el respeto a los
valles el primer vino fue un Laborum Single Vineyard Torrontes 2012 de Finca el
Retiro, uno de los mejores torrontés del viaje, un vino muy floral, algunas
notas cítricas y azahar, con una acidez que le hace un frente impecable al
calor del norte, el vino para empezar la tarde, o la media mañana y claro esta,
como buen torrontés las empanadas van de la mano con el.
El segundo vino que probamos fue una
chardonnay de la misma línea pero de la finca “Alto los Cuises”. Este vino tal vez no sea para cualquier paladar pero definitivamente lo es para el mío.
Primero, buena fruta, ananá maduro, durazno y melón, la banana aquellas que les
nombre al principio no la percibo, pero sí aparece un nota ahumada que es la que me termina
de comprar con este vino, al menos en nariz, se suma un poco de manteca,
chocolate blanco y miel. En boca es extremadamente untuoso, casi pareciera que
no te toca la lengua, una acidez correcta y el alcohol muy bien equilibrado,
entiendo que no a todos le gustan los vinos así, pero a mi me encantan, es lo
bueno de esto, hay para todos los gustos.
Como en blancos llegamos a su máxima
expresión vamos a los tintos, comenzamos con la línea Amauta, en este caso el
Corte III llamado reflexión, un corte entre Malbec y Cabernet del 2011. Un rojo
muy intenso y con reflejos violáceos, resalta el Malbec con sus frutas maduras
y la ciruela tan característica, el cabernet aparece para aportar un poco de
complejidad y equilibrio, para los que no gustan mucho del pimiento pueden quedarse tranquilos con este vino, sus aromas van por el lado
del regaliz y la fruta, además se suma al abanico algunas notas especiadas y
una extremadamente sutil madera, en boca es amable y fácil de beber, taninos
suaves y todo en completo equilibrio, un vino para quedar bien con el mundo.
Después de esto pasamos nuevamente a la línea
Laborum, otro Single Vineyard pero Malbec 2011 de Finca Río Seco, uno de los
vinos que resalta en el exterior después de los 92 puntos que le otorgo la
revista “The Wine Advocate”, en esta ocasión le daré mi visto bueno a Parker, el
vino lo merece, mas complejidad que el anterior y tiene una sola cepa para
aportar aromas, en boca bastante equilibrado, buena acidez y buenos taninos, un
vino que si bien se lo puede beber ya, puede ser guardado unos cuantos años
para que siga evolucionando.
Seguimos con el Tannat 2011, una uva que se
esta asentando cada vez mas en el norte Argentino, nos gusto tanto que antes de
volver trajimos algunas botellitas, espero que nuestros vecinos Uruguayos no se
sientan amenazado con su cepa emblema pero acá están descubriendo un nuevo
mundo. Por lo general uno asocia el Tannat a los taninos y con alguna razón, es
una de las variedades que mas aporte de los mismo lleva, pero este Laborum de
Finca el Retiro es muy amable para beber, buena acidez, algo poco común en
estos vinos y buena fruta, un vino complejo que nos encanto. Les diría que es
el mejor Tannat que probé si no fuera porque Mariano nos convido una primicia,
la añada 2012 de la misma línea que esta INCREIBLE, creo que todos nos miramos
y pensamos como hacer para llevarnos una o dos barricas. ¡Felicidades al enólogo!
Cuando estábamos prontos a probar otra joyita
de la bodega nos avisaban que la comida estaba lista, así que nos dirigimos a
una de las fincas donde el Porvenir tiene una gran plantación de uvas para sus
vinos, ahí nos convidaron con, tal vez las mejores empanadas de Cafayate, Carmen
era la señora que las cocinaba y parecía que estaban pensadas para acompañarlas
con el torrontes de finca el retiro. Continuamos una charla muy interesante y
llego la humita y luego el postre, de fondo se armaban interesantes debates y
Mariano nos enseñaba algunas cositas más sobre los vinos.
La charla estaba muy entretenida así que
nuestro gran anfitrión nos invito a descansar un poco de los vinos y beber unas
cervezas en el Restaurante de “La estancia de Cafayate – Wine&golf”, un lugar
soñado en verdad, caballos, canchas de golf, tenis, squash, gimnasio, sauna, bueno,
todo lo necesario para descansar, como resonaba esa tarde, acá se ve la otra parte
de cafayate. El enólogo debía seguir con sus tareas así que decidimos dejarlo
libre, no sin antes fijar una cita para la cena.
A la noche decidimos cenar en Terruño, uno de los
restaurantes ubicado frente a la plaza que se presenta con la idea de gastronomía
gourmet y la verdad que se distingue del resto por esto, buena atención y
precios ubicados ponen un plus a la comida que es deliciosa. Ya estábamos todos
en la mesa y pedimos un Cafayate Reserve torrontes 2012 para acompañar una
picada de quesos y fiambres de llama, Mariano contribuyo con el Malbec de Rio
Seco que nos había gustado tanto a la tarde para acompañar los platos principales y con
una Joya desaparecida, El Porvenir 2006 para la sobre mesa, un vino muy difícil
de conseguir de la época en que los vinos estaban a cargo de Luís Asmet, el
vino estaba muy bueno, tal vez si lo probábamos un año antes hubiera sido mejor,
todos coincidimos en que ya había empezado la curva de descenso en su vida,
pero aun así esta bastante bien. Se nota la diferencia de estilos de los vinos
anteriores con los actuales de la bodega, acá entendemos que el terroir incluye
también al enólogo y no solo al clima y a la tierra.
Intente resumir lo máximo posible nuestra
experiencia “El Porvenir”, la verdad que de las mejores del viaje. ¿Con que
vinos me quedo si tuviera un limite para traer? El chardonnay de Alto los
Cuises en blancos, el Tannat 2012 si es que estuviera a la venta y como ya lo
compre al Tannat 2011 me compraría el Malbec 2011 de Río Seco. Gracias nuevamente
Mariano por tu atención y por los grandes vinos que probamos. Felicidades a la
bodega por apostar a vinos de calidad y no de cantidad.
Felicidades Mariano, solo falto el after con fernet, para que vean que tomamos de todo
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