Pasaron muchos días y recién me puedo hacer un
tiempo para terminar con el relato de lo que fue el viaje a Mendoza, la visita de nuestro ultimo día de bodegas fue a la
familia Zuccardi.
Al igual que con las demás bodegas hicimos
contacto antes de viajar y concretamos nuestro encuentro para almorzar en la “casa
del visitante” y luego terminar con una cata súper interesante.
Si bien el día de las clínicas lo vimos a Sebastián
Zuccardi fue en el día del tasting que pudimos saludarlo y confirmar nuestra
visita a su bodega unos días después. Para quien no lo conoce, Seba es el guía
que tiene esta tercera generación de Zuccardi, de hecho fue el encargado de que
sus abuelos tuvieran sus vinos, Emma que fue el ganador de nuestra cata a ciegas de bonarda y Tito que salio hace pocos meses.
Bueno, comencemos
Llegamos a "casa del visitante" y nuestra
mesa estaba lista, almorzamos el “menú regional” que estaba compuesto por una
sopa, empanadas de carne, empanadas de queso y cebolla, cortes varios a la
parrilla y un helado de crema con frutillas, en vinos recorrimos la “Serie A”
de Zuccardi, chardonnay – viognier, Bonarda 2011, Malbec 2011, Syrah 2011 y de
la “Serie Q” Tempranillo 2010, al postre lo acompaño un Santa Julia Tardío y si
bien uno de nuestros acompañante termino el almuerzo con café otros preferimos
finalizarlo con el MALAMADO viognier.
¿Que puedo decir de los vinos? Todos
correctos, algunas mas complejos que otros, sin duda el Tempranillo es históricamente
“la uva” de Zuccardi, el Syrah esta muy bien, complejo y elegante, me sorprendió
gratamente el MALAMADO viognier, había probado solo el malbec, creo que este es
una muy buena opción en blancos encabezados, de hecho uno de mis compañeros de
mesa hizo desaparecer la media copa que me quedaba en un descuido, pero bueno,
no entrare en mas detalles.
La comida bastante abundante y sabrosa, la
atención impecable. Hay muchos restaurantes de Argentina que deberían aprender
un poco de este lugar.
Una vez con comida en nuestro cuerpo nos
dirigimos a la bodega a probar más vinos. Estábamos en una sala privada con una
copa para cada vino, en total… digamos que 13 copas terminaron en nuestro
mantel de cata, si hablara de cada vino la nota seria extremadamente larga así
que hablare de mis elegidos. Comenzamos con los espumantes de Alma 4, Pinot
Rose y un Bonarda, debo decir que este ultimo llamo mucho mi atención, nunca había
probado un espumante tinto, con todo el respeto que el vino merece tengo que
hacer esta comparación, a la vista parecía coca-cola, claro en nariz súper complejo
y en boca muy llamativo, esa mezcla de taninos, acidez, burbujas son extrañas
de sentir todas juntas, ciertamente hasta el día de hoy lo recuerdo. Seguimos
con “Serie A” empezando con un torrontes de Salta, repetimos Bonarda 2011 y
cambiamos la añada para el Malbec que fue 2012, subimos un escalón y de la
“Serie Q” nos encontramos con Malbec 2011, nuevamente con Tempranillo 2010,
Cabernet Sauvignon 2010 y 2011, repito mi gusto por el Tempranillo y le sumo a
este el Cabernet 2010 que esta increíble, sin dudas cada vez me gustan mas los
cabernet de Argentina. Antes de seguir les cuento que unas semanas antes de
viajar habíamos bebido con Silvio (cata y pluma) el “Q 2003 tempranillo”,
estaba impecable, con notas de evolución y muy vivo. Habrá que probar el 2010
en el 2020 a
ver como se mantiene.
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