Argentina tiene un
calendario muy interesante de eventos vínicos, pero descontando el propio, por
una cuestión personal más que nada, el que espero durante todo el año es el del
COPROVI (Consejo de Profesionales Vitivinicolas del NOA) donde se muestran los
vinos que mejor representan al Valle Calchaqui en la última cosecha.
¿Por qué la ansiedad del evento?
Primero que nada
porque da gusto ver a los más grandes unidos por un proyecto que impulse el
vino. Sin intereses propios ni vanidades, simplemente ayudándonos a entender
una zona y regalandonos junto con ese aprendizaje una noche única. Como será de
sincero el evento que dos de los enólogos que mejor nos representan en el
mundo, Daniel Pi y Roberto de la Mota, se hicieron presentes.
Junto con amigos
blogueros y enófilos llegamos a Cafayate un día antes del evento y el aroma a torrontés
nos anunciaba un fin de semana único. Pudimos ver un poco de lo que es la
cocina del evento y la verdad que el trabajo sumamente profesional de los
organizadores explica porque uno la pasa tan bien.
El desarrollo de las
horas hasta el evento del día sábado me las guardo para próximas notas porque
hay mucho para contar.
La degustación anual
del COPROVI no solo busca dar a conocer los vinos, sino también las
instalaciones de las que esta provista el valle y es por eso que año a año el
evento se va mudando, en esta ocasión fue el turno de Patios de Cafayate, el
hotel ubicado dentro de bodega el Esteco.
Llegamos a este
hermoso hotel, en algún momento el hogar de la familia Michel Torino, y nos recibían
con los delantales característicos del evento junto a una copa de rosado sin
etiqueta para apaciguar el clima cálido de una tarde perfecta. Como les
comente, el evento no busca potenciar una marca, sino la zona, es por eso que
las botellas que probaríamos durante la cata formal no incluirían las marcas.
Ya ubicados en
nuestra mesa, Juan Luna y Francisco “Paco” Puga nos fueron guiando a lo largo
de la tarde-noche sobre lo que iríamos probando, y explicando el uso de las
fichas. Despues se sumarian Mariano, Rafa, Claudio y Ale para hacer participar
al público y sumar algunos datos de los vinos.
Siempre sorprendiéndonos
con cosas nuevas probamos dos cepas muy poco tradicionales del valle, Merlot y
Pinot Noir. Los dos muy interesantes, el Merlot me gusto un poquito más, pero
es bueno saber que hay futuro para lo que se nos ocurra en este lugar que se creía
solo desarrollaría uvas de clima cálido. Es así como el año pasado nos
sorprendieron con el Sauvignon Blanc y este año mostraron la continuidad de
esta cepa que muestra notas súper interesantes.
También probamos
Cabernet Sauvginon y Tannat que no se si nos sorprendimos, las muestras estaban
INCREIBLES, pero ya sabemos que acá se desarrollan muy bien y sin dudas fueron
de las más gustosas de la tarde-noche.
Mostrando también lo
que es lo comercialmente más vendido, Malbec y Torrontes, consiguieron encantarnos
con una vuelta de rosca, mostrándonos diferentes zonas y métodos de elaboración.
Cemento, Acero y Madera, todos con personalidades diferentes y para todos los
gustos, al menos así se vio en nuestra mesa en la que todos eran bebedores con
muchos hectolitros recorridos.
Como norteño siento
orgullo por el trabajo que están realizando en nuestras tierras, ubicando el
valle en el mapa como un grande aunque el territorio plantado sea uno de los más
pequeños.
Luego de la degustación
pudimos aprovechar de la compañía de las etiquetas de muchas bodegas del valle
y seguir aprendiendo junto con muchos de sus hacedores y apaciguar el alcohol
con diferentes opciones de alimento, desde quesos y fiambres hasta cabrito a la
llama y matambre de cerdo.
Muchas gracias a Alejandro
Nesman , Claudio Maza , Mariano Quiroga, Paco Puga y Rafael Domingo por dedicar
parte de su tiempo en organizar esto y abrirnos las puertas de las bodegas en
las que trabajan que nos ayudan a entender que ser elaborador de vino no es
para los cómodos. Nos hace muy bien a los consumidores que entre ustedes se
retroalimenten y hagan mejorar el vino argentino que tan bien nos hace quedar
en el mundo.
Gracias a Bodega el
Porvenir de Cafayate que nos aloja en su hogar que sentimos como nuestro.
Desde el domingo a la
mañana comenzó la cuenta regresiva para la reunión del año que viene que ¡será la
décima! Y seguro tiran el valle por la ventana.
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